Apasionado por la innovación y el emprendimiento sustentable
Si la empresa privada busca una forma de contribuir al planeta y la sociedad, aquí hay una forma de hacerlo: evitando que un determinado tipo de plástico termine degradando el ecosistema. Es una forma de migrar al modelo de economía circular y, además, aparecer como una empresa que colabora con el bienestar de los vecinos cercanos a sus instalaciones.
Fernando Maurin, 58 años, ingeniero comercial de la UAI, es un amante de la naturaleza y todo tipo de aguas. Léase: lagos, ríos y mares.
“Mi pasión por el océano es lo que me mueve…”, dice, practicando en ellos todo tipo de deportes, entre otros, buceo, lo que ha hecho en distintas partes del mundo. En efecto, una vez hizo la ruta de la ballena gris en Baja California, frente a la costa mexicana.
Con el buceo, detectaba la contaminación de los mares, pero también, sin mucho esfuerzo, ve aquella que se acumula en las playas remotas, con poca presencia humana y que arrastra la marea. Hace poco más de un año y medio, en Isla de Pascua, fue parte de un equipo que, en un solo día, sacó 11 toneladas de plástico de las rocas. Plásticos que vienen principalmente del mar, pero también obedece a residuos que deja el turismo y los propios lugareños.
La cantidad de plástico en los mares es impresionante, señala, y muchas veces responde a aspectos culturales difíciles de combatir. Una vez en Bali, Indonesia, le tocó ver una ceremonia en donde la gente da ofrendas al mar, que antes eran frutos orgánicos y ahora pueden ser jugos o dulces con sus envases plásticos.
El “bichito” de hacer algo con propósito se afirmaba año a año en la mente de Fernando. El cruce de la innovación y tecnología, otra de sus pasiones, con la búsqueda por otorgar un propósito a las acciones que emprende han acercado a este ejecutivo al mundo de la Responsabilidad Social Empresarial, creando el año pasado, Revalora Chile: una fundación que aborda el tema del reciclaje sustentable de plásticos con aporte a comunidades vulnerables.
La organización opera en sus oficinas de Ciudad Empresarial, en Huechuraba, además de contar con una planta en Casablanca.
Pero hagamos un pequeño “rewind”: Antes de estos emprendimientos vivió en Miami y cuando llegó a Chile, en 2009, se preocupó de buscar soluciones a las problemáticas propias de la minería con soluciones de eficiencia energética y medioambientales, pero en alguno de los viajes conoció la tecnología que dio origen a Revalora Chile.
Así es como parte la historia de esta fundación. Nace como una respuesta al problema de la contaminación de plásticos considerados de un solo uso en nuestro país. “Investigando soluciones existentes en el mundo y que
pudiesen ser aplicadas en nuestro país, adoptamos procesos existentes, dándole un giro social y de economía circular y que rebautizamos como EcoBotellas, las cuales se rellenan con plásticos 2, 4, 5 y 7”. Y añade: “La idea es reducir los plásticos que llegan a nuestros océanos, transformándolos en ecomadera para la construcción de vivienda social y también mobiliario urbano, plazas y mejoramiento de espacios públicos, principalmente en comunas de escasos recursos y con mayor vulnerabilidad social”. Se trata de un propósito educacional medioambiental, siendo los únicos en Chile que trabajamos este tipo de material, señala (en Europa también se aplica).
Su llamado es a sumarse a esta iniciativa. La empresa privada que busca una forma de contribuir al planeta y la sociedad, aquí tiene una forma de hacerlo: evitando que toneladas de plástico terminen degradando el ecosistema. “Es una forma de migrar al modelo de economía circular y, además, aparecer como una empresa que colabora con el bienestar de los vecinos cercanos a sus instalaciones”, señala Fernando.
“Vamos a los colegios y enseñamos a llenar botellas con plásticos que no aceptan las recicladoras. Ahí ha sido clave el apoyo de los Centros de Padres y los Centros de Alumnos para llevar a cabo estos programas. Los niños se empiezan a dar cuenta lo que generan en plástico en una semana”.
Partieron con un programa piloto con la Municipalidad de Lo Barnechea. Junto a 16 colegios, hicieron una campaña de tres meses y con los plásticos recogidos se armó una plaza de juegos infantiles (con columpios y resbalines) en una zona vulnerable de la comuna. “Generamos material que dura más de 100 años, impermeable y que no lo afecta vectores biológicos, como, termitas ni polillas”.
Han llegado a acuerdos con varios Puntos Limpios de las comunas, pero no ha sido fácil, porque hay una diferencia cultural: mientras las empresas recicladoras esperan que las propias personas separen los plásticos, en Revalora se aceptan varios tipos de plásticos que van mezclados. Por que el punto es resolver el problema de los plásticos y no facilitar la comercialización de los recicladores.
Otro trabajo que ha rendido frutos es el realizado con Teletón, apuntando a la economía circular, y en donde se trabaja con las prótesis y órtesis que se dan de baja, y que no pueden ser reutilizadas. El trabajo no ha sido en vano. Desde que tienen la planta en Casablanca, hace un año a noviembre de 2020, ya habían procesado 133 toneladas de materia prima. Material que viene de los colegios, familias y de las empresas.
Y los objetivos que se plantean en el corto plazo no son menores: aumentar la cobertura geográfica, abarcando el norte y sur del país, y a septiembre, lograr estar haciendo viviendas de emergencia 100% elaborados con este material. “Esperamos tener en septiembre de 2021 la certificación para el método constructivo no convencional, o ecotradicional”, añade el ejecutivo.
Si un particular desea aportar y adquirir alguno de estos productos lo encuentra en su canal de e-Commerce en https://www.revalovers.cl/. Allí se puede constatar la calidad y belleza de los productos que pueden fabricarse con estos materiales.
Para el desarrollo de estos productos, Maurin cuenta con un equipo de I+D, y un área de consultoría en gestión de residuos.
Es de esperar que, desde ahí, salgan nuevas iniciativas que aporten a la comunidad y al país. Para ello, es clave que sea económicamente sustentable, lo cual se espera a fines del 2021, en caso de Revalora Chile.
Por Christian von der Forst / Fotografía Cristián Navarro