La creencia popular indica que esta alternativa gastronómica proviene de EE.UU. pero existen registros donde se señala que su origen reside en la cultura de las primeras civilizaciones de Asia y Europa. Su paso a América modificó totalmente su concepto y cómo lo consumimos hoy, transformándose en uno de los formatos más populares de Chile.
Es algo muy recurrente asociar el concepto de comida rápida con las cadenas norteamericanas que sirven este tipo de platos, sin embargo su origen tiene una carácter histórico que proviene desde hace siglos. Este tipo de comida está relacionado con el ahorro de tiempo y el beneficio que implica esta ventaja. En consecuencia, diferentes recetas históricas están consideradas dentro de los estándares de lo que es la comida rápida, ya que tanto su preparación como su consumo proporcionan esta utilidad.
Civilizaciones provenientes de Medio Oriente, India y Roma ya contaban con locales de paso donde se vendía comida para ser consumida al instante, donde se podían encontrar cocas de aceitunas o falafel. La necesidad de obtener un bocado de forma rápida fue evolucionando junto a la cultura y la tecnología. Ya a comienzos del siglo XX se pueden apreciar las primeras aproximaciones lo que tradicionalmente se conoce como “Fast Food” en EE.UU, donde comenzó a venderse platos preparados a través de ventanillas hasta instalar los primeros sistemas logísticos donde se podía recibir la comida sin salir del automóvil.
Ya a comienzos de los noventas los primeros locales de comida rápida arribaron a Chile. Si bien su consolidación fue lenta, en la actualidad esta industria se ha posicionado como una de las tendencias gastronómicas más fuertes del país. De acuerdo a compañía de geointeligencia Georesearch, en Chile están habilitados más de 3.500 locales de este tipo de comida. Además, el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, señaló que las ventas de la comida rápida aumentaron un 6,9% el primer trimestre del presente año. La misma institución indicó que durante el año 2017, el gasto promedio por boleta aumentó de un 5,1% en comparación al 2016, alcanzando los $4.795.
Esta tendencia se ha visto influida también por la creciente industria del envío de comida a domicilio y la consolidación de las diferentes apps que ofrecen este servicio. Según la consultora Euromonitor International, el año 2017 en Chile se consumió cerca de $383.573 millones, y se estima que el consumo en el 2022 equivalga a$516 millones. “Definitivamente es uno de los segmentos más populares de nuestra plataforma, recibimos en promedio 9.870 órdenes mensuales”, indicó Juan Martín López, Managing Director de PedidosYa Chile.
La variedad y el bajo costo de la comida rápida es uno de los factores que más atraen a los chilenos, la multiplicidad de variedades y ofertas la convierten en una de las alternativas favoritas de los chilenos. “Tenemos más de mil locales disponibles, que involucran opciones como hamburguesas, sandwiches, pizzas, empanadas, incluso arepas. Generalmente nuestros usuarios solicitan este plato cuando termina la semana, principalmente el viernes y el sábado. Suelen realizar sus pedidos para compartir con la familia o amigos, ya que el 80% de nuestras órdenes van destinadas para dos o más personas. Por último, solicitan sus pedidos con bebidas, papas fritas o algún postre”, añadió López.