Hablar del panorama de los casinos online en Chile no es cosa sencilla. Los juegos de azar en nuestro país están regulados por la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ), la cual se encarga de revisar la actividad de juegos y de otorgar las licencias de operación a aquellos que cumplen con las reglas. Son 24 casinos chilenos los que están regulados y si bien hay desde hace algunos meses poco avance en lo que a licitaciones se refiere, es una actividad bien cimentada.
Pero es en la modalidad online donde Chile enfrenta un enorme reto, debido a que no existe una regulación clara de juegos en línea chilenos, por lo que los habitantes del país solo pueden apostar mediante casinos online internacionales con todos los permisos necesarios para su operación. Esto resulta importante, ya que el tener una regularización clara de la actividad de casinos y apuestas en línea ayudaría a que se fomente el desarrollo tecnológico que está asociado a la industria, pero con énfasis en la protección de los usuarios.
De acuerdo con información recopilada por el portal Casino Alto, la SCJ estudia la mejor manera para generar el marco legal que funcione a futuro y sin quedar obsoleto rápidamente en cuanto al tema de las apuestas online y otras variantes del juego. A pesar de todo, no ha habido novedades en el último año de algo que parecía ser la intención inicial para lograr un objetivo concreto.
Desde hace unos meses, se han iniciado debates en el parlamento chileno sobre la nueva normativa que debe implementarse en la ley de juegos de azar, enfocándose en juego responsable y todo lo relacionado con imagen. Esto es importante, si consideramos que esta industria ha llegado a generar más de 600 millones de dólares en ganancias en bruto, lo que significa que esta actividad goza de un importante recibimiento por parte del público chileno, en buena parte por las estrategias de marketing que se han implementado y funcionan en distintos tipos de negocio.
De hecho, el Estado recauda más de 200 millones de dólares en impuestos cada año, con un estimado de 70 millones de dólares que surgen de aquellos sectores regionales donde hay casinos físicos, lo cual nos da a entender la importancia de estos complejos para el progreso económico en Chile, por lo que es urgente conseguir una regulación clara que impere en todo el territorio nacional y beneficie tanto a jugadores como proveedores, además de brindarles todas las garantías posibles.
En estos momentos, la normativa de juegos de azar en Chile se limita solo al juego físico, por lo que los concesionados no pueden implementar la modalidad online. Esto no significa que los jugadores no puedan acceder a casinos online de talla internacional; de hecho, la ventaja que se tiene es que existen plataformas que operan bajo reglamentos expedidos por Autoridades del Juego de Curazao, Reino Unido y Malta, que son referentes de la industria a nivel global.
Lo cierto es que existe una necesidad para generar un marco operativo útil tanto para el Gobierno como a los operadores y los usuarios, por lo que se debe entender a profundidad el funcionamiento de la industria para regularla de la mejor manera.
La postura política sobre el juego en Chile es a favor, al considerar que los impuestos que se recauden serán mayores a los que existan en comparación con la modalidad física. Eso sí, el marco legal todavía genera un debate importante y que se tendrían que deliberar sobre los posibles tipos impositivos que se les impondrían y los requisitos que deben cumplir las entidades que incursionen en el mercado, antes de que se den pasos decisivos rumbo a la regulación de esta actividad, que forma parte de la enorme actividad en internet que tiene influencia sobre los chilenos.
Para esto, se necesita delimitar la cantidad de impuestos, ya que esto puede ser la diferencia entre el interés o la salida de potenciales operadores de juego. Asimismo, se deberá desarrollar un marco de trabajo que beneficie al juego onshore y offshore (nacional e internacional), de tal forma que beneficie a todos y resulte en una regulación efectiva. Incluso se tiene que tomar en consideración a los casinos en vivo, una modalidad en la que los usuarios puede competir en directo y le agrega mayores dinamismos al juego.
Por el momento, luce complicado que pueda lograrse un avance importante en la Superintendencia de Casinos de Juego antes de que termine el 2021, pero hay esperanza de tener más noticias al respecto para 2022, con los principales retos por resolver en una regulación bien clara, impuestos delimitados y un marco jurídico que beneficie a todos, además de garantizar completa seguridad tanto para usuarios como en operadores.