Midnight Trains, Adrien Aumont habla sobre su posicionamiento e identidad.

Los trenes nocturnos en la cultura popular son asuntos elegantes, con vagones restaurante, bares de cócteles y compartimentos elegantes. Pero esa forma de transporte parece haber sido eliminada tan efectivamente como la víctima de Asesinato en el Expreso de Oriente. Tome un tren nocturno hoy y es probable que duerma en una litera sucia, en una cabina básica compartida con un par de extraños.

Quizás no por mucho más tiempo. El empresario francés Adrien Aumont y su nueva empresa Midnight Trains resucitarán los “coches cama” del pasado, pero con diseño del siglo veintiuno, incluida una app de reservas. A partir de 2024, Midnight Trains llevará pasajeros desde su centro en París a más de diez destinos, incluidos Barcelona, Berlín y Roma. Puede que sea una de las marcas líderes del futuro.

Adrien dice que la idea surgió de un problema general, las emisiones de carbono generadas por los vuelos europeos de corta distancia, y uno muy específico. “Mi novia se niega a volar”, dice.

El germen de la idea que se convirtió en Midnight Trains surgió cuando la pareja tomó un tren nocturno a Milán. “Por casualidad, teníamos un compartimento para nosotros solos. Y para que el viaje fuera más tranquilo, nos habíamos comprado los mejores embutidos y quesos del vecindario y una botella de mi vino favorito. También había descargado una película de tres horas que quería ver desde hacía mucho tiempo. Cuando llegamos a Milán tuve que admitir que fue el mejor viaje que había hecho en al menos diez años”.

Uniendo los puntos 

Seis meses después, Adrien estaba en una cena en Atenas con su colega Hervé Marro (ahora director de comunicación de la marca) discutiendo un proyecto completamente diferente. “Hervé estaba molesto porque se vio obligado a aumentar su huella de carbono tomando un avión y dijo que si hubiera habido un tren nocturno, lo habría tomado en su lugar. De repente, todos los puntos se unieron en mi mente. Podríamos competir con las aerolíneas, que tienen más o menos el monopolio de los viajes europeos de corta distancia, creando una nueva generación de trenes nocturnos”.

Los ingredientes estaban justo frente a él, dice. Compartimentos privados, ropa de cama cómoda, excelente comida y bebida, entretenimiento transmitido y una decoración elegante. El otro proyecto fue abandonado inmediatamente a favor de Midnight Trains. ¿Funcionará? Hay muchas razones para pensar que sí, ya que esta no es la primera puesta en marcha de Adrien Aumont. En 2010 fue cofundador de la primera plataforma de financiación colectiva de Europa, KissKissBankBank, adquirida siete años después por el brazo financiero del servicio postal francés.

Además, dice, el momento es el adecuado. “Las aerolíneas de bajo costo han dominado el mercado durante los últimos 20 años, pero mientras los precios se han abaratado, la experiencia se ha vuelto cada vez peor. Y los trenes nocturnos existentes, que no pueden competir, se han vuelto cada vez más destartalados. Nadie quiere tomarlos, así que, aunque la gente sabe muy bien que los viajes aéreos son extremadamente contaminantes, siguen volando”.

Señala que más del 80 por ciento de los viajes entre Londres y París se realizan a bordo de trenes Eurostar. “Cuando hay disponible un servicio de tren de calidad, la gente lo prefiere a volar”.

Por supuesto, un servicio de tren es todo lo contrario de virtual. Necesita locomotoras y material rodante, para empezar. La puesta en marcha está en negociaciones con las organizaciones de transporte ferroviario existentes, que operarán las locomotoras, mientras que es probable que los vagones provengan de una empresa de material rodante (o ROSCO) que posee los vagones y los alquila.

Midnight Trains podrá diseñar los interiores a su gusto. La compañía también negociará con las estaciones a lo largo de su ruta y efectivamente alquilará espacio, al igual que las aerolíneas alquilan espacios en los aeropuertos.

“Afortunadamente, planeamos tener muy pocas paradas en cada servicio; la idea es que funcione directamente de ciudad en ciudad”.

Gusto por la calidad 

El mercado objetivo es amplio, desde veraneantes y turistas de fin de semana hasta viajeros de negocios, con una combinación de estilos de compartimentos y tarifas que se adapten a las diferentes necesidades. “Diría que lo que todos tienen en común como consumidores es el gusto por los productos de calidad, independientemente de lo que compren. Es probable que compren orgánico, por ejemplo, porque lo consideran mejor incluso si es más caro…”.

Un grupo bastante exclusivo, entonces, pero los trenes serán accesibles, con opciones más lujosas para quienes las deseen. Las familias son un objetivo especialmente importante, añade Adrien, “porque volar con niños es una pesadilla y también lo son los viajes largos en auto”.

Entonces, ¿qué pasa con el diseño de interiores? Es difícil deshacerse de las imágenes del suntuoso Orient Express o Train Bleu. Adrien ha llamado a los trenes “hoteles sobre rieles”. Entonces, ¿estamos hablando de Ritz o Marriott? “Un tren es algo construido para durar, por lo que el diseño debe ser atemporal. A menudo hemos evocado el diseño japonés: por ejemplo, los interiores diseñados por Muji (que también tiene sus propios hoteles) son una verdadera fuente de inspiración para nosotros. Nuestro objetivo es algo minimalista, ergonómico, ingenioso y con un toque de estilo que nos permita destacar”.

Es justo decir que la empresa maneja el diseño: la marca y el logotipo, así como el sitio web, son simples pero elegantes. El director artístico de la marca es Yorgo Tloupas, quien ha prestado su visión desde la versión francesa de Vanity Fair hasta la elegante marca de esquí Black Crows, y su propio café griego. “Supervisa todos los aspectos de nuestro diseño, desde el logotipo hasta los interiores”, dice Adrien. “Es uno de los mejores diseñadores que trabajan en Europa en la actualidad”.

En resumen, Midnight Trains es la marca que muchos viajeros han estado esperando.

¿Cuándo salen a la venta los tickets? 

“A fines de 2023 o principios de 2024”.

Estamos todos a bordo.

Por Mark Tungate