La mitología tiene esa poderosa carga simbólica que permite explicar, con unos pocos personajes y elementos, un buen número de causas, efectos y toda la maraña de situaciones que ocurren entremedio.
Zeus en venganza a Prometeo por robarse el fuego para los hombres, decide encargar la creación de la “primera mujer”, entregándosela a su hermano Epimeteo con fines de casamiento, luego, el dios griego como regalo de matrimonio le obsequia a la joven una hermosa caja, con la única condición de que jamás la abriera. Como era de esperar, la curiosidad embiste más fuerte y el desquite de Zeus surtió efecto, la caja fue descubierta. ¿Qué nombre tenía la mujer?: Pandora, ¿y que había dentro de la caja?: las peores destrucciones, enfermedades, maldades, odios y violencias para todos los mortales.
Algunos compatriotas, debido a las actuales malas condiciones económicas del país, y las nada auspiciosas para el futuro, se encuentran en una especie de estado de shock. Si a esto sumamos el casi perenne clima de hostilidad hacia políticos, empresarios, constitucionalistas, medios de comunicación, y el contexto de libertades restringidas por la porfiada presencia del COVID y sus posibles nuevas olas, no es de extrañar vernos representados en esas manos que con insuflada expectación abren un regalo como el de Pandora. Sin embargo, la pregunta que toda persona debe hacerse, hoy y en todas las épocas, frente a estos y otros avatares de la vida, será siempre la misma: ¿dónde cada ser humano colocará su esperanza?, qué brazos serán lo suficientemente fuertes para colgar ahí el destino: ¿los de un constituyente?, ¿los de una nueva carta fundamental?, ¿un cuarto, quinto o sexto retiro?, ¿un presidente electo?, ¿una tercera o cuarta dosis de vacuna?
Parece romántico enarbolar las banderas de lucha para la abolición de privilegios, la paridad de género, el fin del abuso, la búsqueda de la panacea última para cualquier mortal, como si todo ese esfuerzo de voluntades fuera garantía absoluta de felicidad y larga vida.
Extraño, considerando que un buen número se seres humanos de vigorosa salud, belleza, inteligencia y dinero, morirán hoy mismo en un accidente automovilístico (simple estadística).
Imposible desvivirse entonces apostando a silogismos ajenos (sofismas dirán otros), en vez de responsabilizarse cada uno por sus actos y decisiones, haciendo todo lo que esté a su alcance para superar los obstáculos, sean políticos, sociales o ambientales.
Sin duda votar, adherirse a ciertas causas o comulgar con ideologías es importante, pero como medio, como un facilitador de planes, el control de las variables nunca pueden convertirse por sí mismas en el plan. Fanatismo y drama griego seguro con esa apuesta.
En el mito helénico, una vez que Pandora vio salir del interior de su regalo tamañas catástrofes, cerró rauda la caja cuando casi todo había escapado de ella, solo un elemento quedó dentro, ¿sabe cuál?… la “esperanza”.
En estos días convulsos entonces ¿dónde hará reposar la suya?
ESCALA MACIMÉTRICA
¡Hurras y Vítores!
Por los espíritus vivos y decididos que comprenden que más allá del valor asignado a las circunstancias, importa la forma en que reaccionamos a estas.
Chapó
Para aquellos a los que depositan por error millones de pesos en sus cuentas, y porque no son suyos, los devuelven. Ejemplo notable.
Okey… Aprobado
Para los que saludan en el ascensor a un desconocido. A veces pequeños gestos hacen asomar la esperanza desde el interior de la caja.
Maometano, no more
Para los que promulgan voz en cuello las virtudes de la justicia, aunque no necesariamente en la praxis, se les observa con el mejor desempeño.
Sopa de Natre
Para los que mirando de lejos y teniendo arcas rebosantes de multiformes riquezas y habilidades, son incapaces de cooperar con recursos, tiempo, dinero o palabras de ánimo a quienes más lo necesitan.
Tumor Yoda
Para la tropa de mentirosos locuaces, abusadores con poder, succionadores del sistema, que aguardan la oportunidad para dar manotazos en un río revuelto que debieran aquietar en vez de zanquear.
Yogurt de Ajo
Para los Rojas Vades, Torrealbas, Espinosas, Fuente-Albas cuyas personales y egoístas cajas abiertas tanta indignación han causado.
Por Maciel Campos