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Palabras de Marcelo Rojas y Josefina Heiremans, ambos de ChileDiseño

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“El Diseño debe entrar a tiempo en los proyectos, no en sus fases finales” 

Hace un par de meses, se celebró la octava versión de los Premios de Chile Diseño, donde se reconocieron los mejores proyectos de diseño nacional. Este hito es una instancia importante de visibilización de la disciplina, de unión entre colegas y de convivencia, en donde las palabras “asociatividad” y “colaboración” se tangibilizan más allá del premio mismo.

Alrededor de 300 proyectos se presentaron en 24 categorías (entre otros, packaging, diseño de servicios, diseño audiovisual, ambientes y espacios), en un concurso que se celebra cada dos años y en donde se vio un muy buen nivel que hizo difícil la elección de los ganadores, entre los que se buscaba proyectos que generaran impacto social, económico, cultural y medioambiental.

Algunos de los grandes ganadores de la jornada fueron Leo Prieto, multi-fundador de empresas, y ahora de la startup Lemu, quien ganó el premio al Espíritu Creativo BIG LOVE by Mini; y el Palacio Pereira, en donde 2 de los proyectos ganadores de las categorías profesionales están ubicados allí: el de la categoría Diseño de Ambientes y Espacios / Iluminación de los autores Bárbara Marambio y Pascal Chautard, junto a Limarí Lighting Design; y la banca Lapis de Ignacia Murtagh, ganadora en la Categoría Diseño de Productos – Mobiliario.

Un breve análisis 

Estos premios existen desde el 2005, aunque Chile Diseño tiene ya un cuarto de siglo de existencia. Los últimos 2 años los ha vivido como presidente, Marcelo Rojas. Bulb! conversó con él y Josefina Heiremans, coordinadora general de Chile Diseño.

Como análisis, si hubiese que resumir lo que se vio en este evento es que las empresas están entendiendo la relevancia que tiene esta disciplina o área del negocio en el desarrollo de sus productos y servicios. Falta que se incorpore el diseño más en los inicios de los proyectos, pero sin duda, se ven avances. Y hablamos de avances sobre todo en una nueva sensibilidad de las empresas por entender y captar mejor a los consumidores, acentuada por lo que ha sido el conflicto social y la pandemia.

“Aquí se visibiliza un trabajo que va más allá de lo estético, sino que aporta un valor estratégico, económico y emocional dado por el diseño. En calidad de proyectos mejoró el nivel en relación a períodos pasados, se ven muy buenos aportes al espacio público y privado, así como al valor que adquieren las marcas con estas acciones. Proyectos que generan un impacto positivo, real y tangible allí donde se aplican. Que generan vida y calidad de vida pues salen a implementarse a la calle o recintos donde están las personas, los diversos públicos. He ahí su valor agregado”, señala Marcelo Rojas.

Josefina Heiremans agrega que se ve una industria competitiva lo que es una excelente noticia, llegaron muchos postulantes desde fuera del gremio, gente nueva y buena con proyectos relevantes y de calidad.

¿Qué nos falta en Chile? 

Nos falta entrar a tiempo en los proyectos. Muchas veces nos llaman en las fases finales, siendo la ‘guinda de la torta’ por un asunto estético; en cambio, cuando uno entra con el equipo de diseño al principio de cada proyecto, cuando se entiende la ayuda estratégica que significa, además de la sensorial y estética del producto o servicio, se genera un cambio muy grande en el resultado final. Es clave el factor tiempo de ingreso al mismo.

¿En qué áreas falta avanzar en materia de diseño? ¿Y en qué estamos bien? 

Marcelo: Falta avanzar en el mundo de las licitaciones, si bien hace tiempo se ha venido trabajando en eso desde la asociación, desde el sector privado y público muchas veces se sigue pidiendo un desarrollo integral antes de adjudicarse los proyectos, acá es donde las condiciones de la competencia deben cambiar, no es factible hoy poner un equipo full-time a trabajar semanas en creatividad y producción para una “previa” antes de adjudicarse un proyecto.

Respecto a lo que estamos bien, creo que la oferta de lo que hacemos es cada vez más integral, ya hemos avanzado entendiendo que no solamente tenemos el entregable “tangible” sino otros formatos estratégicos e intangibles que mejoran el servicio y la experiencia de los encargos, entender como suena o huele una marca es también un proyecto de diseño y creo que cada vez hay más conciencia de aquello.

Josefina: Uno ve a veces en Redes Sociales que alguien ofrece un logo por US$ 50, ése es un problema de la industria que hace parecer que el diseño es hacer ‘monitos’, fácil y rápido. En términos generales sabemos cuánto nos puede llegar a cobrar un doctor o un gásfiter, pero las diferencias en el diseño son abismales en cuanto a precios (y calidad). Hay una brecha gigante entre el diseño profesional de las empresas de diseño y el diseñador que quiere hacerlas todas, y cobra poco para tener más pega, lo que al final, complica a la industria. Hay que explicar que en diseño no se trata de hacer un ‘monito’, sino que es formar parte de un proceso complejo.

A propósito, ¿cuántos forman parte del gremio Chile Diseño, y de qué áreas son? 

Josefina: Somos alrededor de 60 agencias/ oficinas de diseño y/o consultoras, 8 universidades, academias o institutos con los cuales estamos saliendo fuerte a regiones y 5 empresas corporativas, no empresas de diseño, pero que sí tienen un departamento interno de diseño o tienen un fuerte foco en ello, como Fintual, Casa Ideas, Concha y Toro, y Antalis.

Las áreas son diversas como branding, iluminación, packaging, diseño de servicios, tipografía, espacios, mobiliario y muchas más, que integradamente generan proyectos en conjunto para formar las diversas propuestas de valor que se deben implementar. Nuestro desafío acá es estar cada vez más presentes en éstas áreas a nivel nacional y ver las fortalezas y debilidades que tenemos como industria en las regiones del país, para eso estamos trabajando.

Por Francisca Tobar / Fotografía Pablo Araneda